Hace apenas unos días, Estudiantes ganó su cuarta Copa Libertadores de América. Lo curioso es que en todas aparece un mismo apellido: Verón. En las consagraciones de 1968, 1969 y 1970 Juan Ramón fue una pieza clave. Cuarenta años más tarde su hijo, Juan Sebastián, alza el trofeo como capitán -¿y máxima figura?-.
Parece inédito pero hay antecedentes. Para ser precisos, el de los Verón es el tercer caso de padre e hijo campeones de la Libertadores como futbolistas. Néstor Goncálves (1960, 1961 y 1966) y su hijo Jorge (1987), Roberto Matosas (1961) y su hijo Gustavo (1987), los cuatro de Peñarol, también conquistaron América.
Misma sangre. Sangre de campeón. De tal palo, tal astilla.
Fuente: www.futboltotal.com
lunes, 20 de julio de 2009
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