El escenario es el siguiente. San Lorenzo (32 puntos) visitará a Vélez (30) y Newell’s (30) recibirá a Lanús (30). Si el Ciclón gana dará la vuelta olímpica. Si empata dependerá del resultado entre la Lepra y el Granate: se quedará con el título si igualan, jugará un desempate con el ganador de dicho encuentro en caso de que haya un vencedor. Si pierde no será campeón y el trono quedará para alguno de sus tres perseguidores. Queda una fecha y en caso de que dos equipos terminen con la misma cantidad de unidades se jugará un desempate, en un estadio neutral.
Los cuatro aspirantes al título perdieron en cuatro ocasiones y ya es un hecho que el campeón tendrá el puntaje más bajo de la historia, marca que por ahora le pertenece a Newell’s que en el Apertura 2004 festejó con 36.
Otros dos que hicieron todo lo posible para no dar la vuelta olímpica (y lo consiguieron) fueron Boca y Arsenal. El Xeneize sumó un punto de los últimos nueve y quedó a cuatro cuando restan tres en juego, mientras que el Arse ganó apenas uno de los últimos siete cotejos y también se despidió del torneo.
Ninguno brilla. La paridad es enorme y la regularidad, inexistente. El desenlace es imprevisible y será emocionante. Argentina busca campeón y por ahora no lo encuentra.
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