Aquel pájaro torpe, veloz y feo...

Manuel Francisco dos Santos murió en la miseria y alcohólico en 1983, a los 49 años.

Tenía los pies girados 80 grados hacia adentro, su pierna derecha era seis centímetros más larga que la otra y tenía la columna vertebral torcida. En su niñez lo operaron para intentar curarle la anormalidad de las piernas pero la operación fracasó y no quedó bien. Sus problemas se agravaron por una severa poliomelitis a la que, sin embargo, sobrevivió. Fue adicto al tabaco desde los diez años hasta el día de su muerte.

Los médicos no le diagnosticaron un buen futuro deportivo y el psicólogo del seleccionado brasileño, lo consideraba "un débil mental no apto para desenvolverse en un juego colectivo".

Así y todo fue, posiblemente, uno de los más extraordinarios dribleadores que dio el fútbol, en parte porque sus piernas defectuosas le permitían confundir a sus rivales, amagando jugar para un lado y picando luego por el otro.

Jugó 60 partidos con la ‘verdeamarelha’ y -créase o no- sólo perdió uno. Fue dos veces campeón mundial (1958 en Suecia y 1962 en Chile), y Brasil nunca perdió cuando él y Pelé jugaron juntos...

Se llamaba Mané (por Manuel), pero uno de sus hermanos lo bautizó con el nombre de un pájaro que -como él- es torpe, veloz y feo: Garrincha.

Por Dickie R. para futbolcurioso.blogspot.com