A los setenta minutos, el Giggs entrenador mandó a la cancha al Giggs jugador. Ninguno defraudó. El primero diagramó el equipo que obtuvo el triunfo, el segundo selló la victoria con una asistencia.
Se va una leyenda. Manchester United, Gales y el fútbol todo extrañarán su talento. Sus corridas interminables. Su trayectoria comenzó cuando varios de sus últimos compañeros ni siquiera habían nacido. Tiene 40 años y 36 títulos. Disputó más de mil partidos, convirtió 181 goles y nunca fue expulsado. ¿Su cuenta pendiente? No jugó un Mundial. ¿Su cable a tierra? El yoga.
Se retira un gigante, el hombre que más vueltas olímpicas dio en la historia del fútbol.
“Pienso, luego existo”, filosofó Descartes. “Pienso, luego juego”, se animó Giggs.
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