El Santiago Morning, dirigido por el argentino Juan Antonio Pizzi, había ganado como local el partido de ida de los cuartos de final del Torneo de Clausura chileno por 4 a 2. En la vuelta iba perdiendo 2 a 0 y se estaba quedando afuera por los goles de visitante de su rival. ¿Qué hizo el DT? A diez minutos del final mandó a la cancha a Víctor Loyola de delantero que, en la última jugada, a los 93, le dio la clasificación con un terrible frentazo. Lo curioso es que el autor del gol es el arquero suplente. Pizzi, un loco. Loyola, un fenómeno.
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