Tu suegra es gorda, tiene un lunar lleno de pelos, no te quiere, dice que tenés el pitulín pequeño, que le debés guita a todo el mundo, que sos borracho, apostador y golpeador. Que sos chueco, ñoqui del estado, hueles a morrón, los 24 y 31 de diciembre la pasás solo, y hasta mufa.
Y un día, acompaña a su hija a verte. Y un día, penal. Y ahí la ves, atrás del arco, meneando la cabeza con gesto irónico… “gorda chota”, pensás. Podés convertir un gol que sirva para saltar a Primera División, podés firmar autógrafos y tirar paredes con CR7. Pero te obnubilás, gana el odio, apuntás a su cabeza y ¡pum!
Moraleja: CR7 puede esperar.
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