Lo hizo en 16 de las 19 ediciones anteriores, lo repitió en 2014. El seleccionado de Scolari no brilla y por momentos sufre, pero se apoya en sus antecedentes y sueña con su sexta Copa del Mundo. Otra vez, entre los mejores.
En muchos Mundiales no convence; en casi todos se filtra en los ocho primeros. Sólo en 1934, 1966 y 1990 se quedó afuera de ese grupo selecto. En los últimos seis, si se computa la actual edición, llegó a cuartos de final.
Chile, con oficio y rebeldía, lo puso en jaque. Brasil, con algo de fortuna, sorteó el obstáculo e hizo lo que importa en estas instancias: pasar. En la cancha se apoya en Neymar, es cierto... sin embargo su verdadera ilusión se sustenta en una historia que rebalsa logros mundialistas.
Fue campeón en 1958, 1962, 1970, 1994 y 2002. Jugó las finales de 1950 y 1998. No se queda afuera de cuartos de final desde aquel partido contra la Argentina (0-1), en Italia, hace ya 24 años.
El llanto de Neymar, que creció de golpe cuando se hizo cargo del quinto penal, es absolutamente comprensible. Para Brasil haber quedado eliminado en octavos hubiese sido un fracaso rotundo. Esquivó el papelón y, aunque pueda parecer exagerado, va por todo. Lo dice su historia.
Fue campeón en 1958, 1962, 1970, 1994 y 2002. Jugó las finales de 1950 y 1998. No se queda afuera de cuartos de final desde aquel partido contra la Argentina (0-1), en Italia, hace ya 24 años.
El llanto de Neymar, que creció de golpe cuando se hizo cargo del quinto penal, es absolutamente comprensible. Para Brasil haber quedado eliminado en octavos hubiese sido un fracaso rotundo. Esquivó el papelón y, aunque pueda parecer exagerado, va por todo. Lo dice su historia.
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