Danilo Rinaldi es un aventurero. Luego de hacer las inferiores en Chacarita y disputar el Argentino B para La Emilia, tenía dos opciones lógicas. Imaginables. Una posibilidad era quedarse definitivamente en Conesa, pueblo cercano a San Nicolás, rodeado de sus familiares y amigos. La otra alternativa, por qué no, era volver a Buenos Aires y probar suerte en algún club del ascenso.
No. Este joven, mediapunta y de 26 años, se fue a vivir a San Marino. ¿Objetivos? Trabajar y jugar al fútbol. A los pocos meses de estar en ese país, que se encuentra enclavado en Italia, a 100 kilómetros de Florencia, fue citado para jugar en la selección sanmarinense.
Viste la camiseta de San Marino desde 2008 pero el punto máximo de esta experiencia lo vivió hace apenas una semana. En el marco de las Eliminatorias Europeas para el Mundial 2014, este argentino entusiasta enfrentó a Inglaterra y en Wembley.
Fútbol Curioso charló con Rinaldi y el futbolista contó las sensaciones que atravesó en los últimos días…
- ¿Cómo viviste la semana previa al encuentro?
- Los días anteriores al partido fueron muy intensos, se me juntaron las ganas de ver el estadio lleno, los nervios y toda esa ansiedad de querer que llegue ya para disfrutarlo. Cuando vi la cancha llena no lo podía creer, encima concentramos en un hotel que está frente al estadio. Fue Impresionante. Cuando fuimos a hacer el entrenamiento previo y vi Wembley desde adentro, y vacío, me vino como un lagrimeo de felicidad. No podía creer que estaba ahí.
- ¿Qué es lo que más recordás del partido?
- Ese día fue inolvidable, algo que no podría describir con palabras porque es increíble lo que uno siente cuando pisa esa cancha y hay 90.000 personas aplaudiendo, cantando. Es Impresionante. Del partido recuerdo todo.
- ¿Fuiste el único de San Marino en rematar al arco?
- Sí, fui el único. Rematé desviado por apurarme. Fue en una jugada de contragolpe en la que salimos rápido y piqué al vacío. Hasta hoy me pregunto cómo no enganché, pero en ese momento se me dio por terminar la jugada así. Me lamento y me voy a seguir lamentando.
- Y también tiraste un caño…
- Sí, a Glen Johnson (NdeR: defensor del Liverpool). Pasó, llegué a la pelota pero me comieron.
- ¿Charlase con algún rival o cambiaste camiseta con alguno?
- No pude hablar con ninguno porque mi inglés no es muy bueno (jejeje). Al final del partido pude rescatar la camiseta de Lampard que no jugó pero estaba ahí. Le dije unas palabras y después una persona me trajo su camiseta.
- ¿Te sorprendió la repercusión que tuvo tu participación en ese partido?
- Sí, la verdad que fue inesperado. Me sorprendió pero fue hermoso saber que en Argentina pasaban el partido y mi familia podía verlo. Mis compañeros del club de mi pueblo y mis amigos se juntaron a mirarlo; fue muy lindo.
- ¿Sos consciente de que jugaste Wembley?
- Sí, soy consciente de que jugué en ese mítico estadio y es algo que no me voy a olvidar nunca. Fue una de las mejores cosas que me pasó en la vida. Es imponente ver el estadio lleno.
- ¿Cómo nació la posibilidad de jugar para la Selección de San Marino?
- Surgió cuando mi mamá me contó que tenía otra nacionalidad, cosa que yo no estaba enterado porque era chico. Después pasó el tiempo y me salió la ciudadanía sanmarinense. Por otro lado, más adelante, mi primo se vino a vivir acá, a trabajar y jugar al rugby. Al mes próximo me vine yo. Llegué un 3 de julio y empecé a jugar en un club llamado Virtus Acquaviva y a los cinco meses debuté en la Selección de San Marino. Fue el 19 de noviembre de 2008, contra República Checa. Jugamos de local y perdimos 3 a 0.
- ¿Cómo es vivir en San Marino?
- Me gusta vivir en este país. Es muy lindo porque cada uno hace su vida y no hay robos. Te diría que es más tranquilo que mi pueblo (jejeje). Igual no hay nada comparado a Conesa. Acá la gente es tranquila pero muy cerrada.
- ¿Tenés alguna anécdota o algo raro que te haya pasado en estos años?
- Anécdotas tengo varias. Siempre me acuerdo cuando jugamos contra Polonia y yo iba a ser titular por primera vez. El día anterior al partido el utilero me dijo en el oído: “Mañana vas a jugar con la número 10, como tu ídolo Maradona”. Fue una felicidad tremenda pero la alegría me duró hasta el día del partido porque perdimos 10 a 0. Cuando terminó le dije al utilero que no quería usar más ese número (jejeje). Sinceramente hay que jugar en la Selección de San Marino para entender cómo es por dentro y para comprender el desgaste que se hace en una cancha jugando contra tipos sumamente profesionales.
- Por último, ¿cuáles son tus aspiraciones dentro del fútbol?
- Aspiraciones tuve muchas porque siempre me sentí jugador de fútbol y todavía tengo cosas por cumplir. Sería muy lindo poder disfrutar de un triunfo con la camiseta de San Marino y mi sueño, que lo voy a mantener siempre, es jugar en la Primera División de Argentina.
Si logró enfrentar a Inglaterra, en Wembley, es muy probable que este jugador logre su cometido y en un tiempo lo tengamos en la elite de nuestro fútbol.
La vida es una aventura. Y si hay alguien que piensa lo contrario, que charle con Danilo Rinaldi.